Crece la campaña internacional en apoyo a los defensores de derechos humanos

En Europa: Alemania, Bélgica, Francia entre otros, y Estados Unidos crece la campaña de solidaridad con los defensores de derechos humanos bajo amenaza.

En Colombia, ser un defensor de los derechos humanos es un trabajo  peligroso y a menudo mortal. Los que trabajan en temas que van desde asuntos medioambientales a los derechos de las mujeres, los campesinos, los periodistas, los indígenas y otras víctimas del conflicto armado,  diariamente reciben amenazas a su integridad física, psicológica y la de sus familias. Y, las cosas están empeorando.

En abril de 2009 nos enteramos de que en los últimos siete años, el Departamento Administrativo de Seguridad DAS, de manera sistemática y sin orden legal, interceptan los teléfonos y correos electrónicos de las organizaciones defensoras de los derechos humanos, de periodistas y hasta de jueces de la Suprema Corte.  Directivos  del DAS están acusados de colaborar con los paramilitares; de  restringir las misiones internacionales de derechos humanos que visitan Colombia, de amenazar, neutralizar y restringir la labor de  los defensores  o  de llevar juicios sin fundamento en contra de ellos.

Ahora se organiza la solidaridad dentro y fuera de Colombia.

Las autoridades colombianas han señalado  y perseguido la labor legítima de defensa de los derechos humanos,  llamando a los  defensores  una amenaza para la ‘seguridad democrática’. Las autoridades han desacreditado públicamente el buen nombre y la labor de los defensores, acusándolos de tener vínculos con grupos guerrilleros o estar motivados por sus fines políticos.  También han  promovido infundadas acusaciones penales contra ellos, a menudo basadas en información falsa de desmovilizados, de  los archivos de inteligencia militar y policial.

En el contexto de un conflicto armado, esto no sólo ha dado lugar a una mayor estigmatización de las organizaciones sociales y no gubernamentales, también ha generado un ambiente de hostilidad caracterizado por oleadas de asesinatos, desapariciones forzadas, violencia sexual, amenazas de muerte, asaltos y el robo de información confidencial. Los responsables de violaciones contra los defensores casi nunca son castigados y la impunidad sigue siendo la norma.

En respuesta a estas continuas y crecientes amenazas, organizaciones de derechos humanos colombianas e internacionales,  iniciamos una lluvia de ideas sobre cómo podríamos coordinar acciones para ejercer una mayor presión sobre el gobierno colombiano. Así, identificamos la necesidad de crear una campaña nacional e internacional,  que en el corto plazo logre un cambio positivo y significativo para los defensores de derechos humanos en Colombia.

A nivel nacional, el objetivo de la campaña es elevar el respaldo de la opinión pública a la labor legítima y legal de defensa de los derechos humanos. Esto se hará a través de:

  1. La promoción de  la defensa de los derechos humanos y la paz como un valor esencial de cada persona, en cualquier lugar, tiempo o situación.
  2. El reconocimiento de los defensores/as como personas que defienden la dignidad humana, la vida y no como contradictores políticos del gobierno.
  3. Los apoyos de sectores clave de la población que exigirán al Estado y gobierno colombiano políticas públicas efectivas de garantía y protección para los defensores/as.

En el plano internacional,  las redes, plataformas  por Colombia y organizaciones de cooperación,  promoverán las  recomendaciones clave de Campaña  en todas las acciones de  cabildeo  que adelanten ante sus gobiernos, parlamentos, partidos políticos y empresas.

Pensamos que al estar unidas las estrategias nacional e internacional, podremos lograr mejoras  importantes en el entorno de trabajo y la seguridad física de los defensores de derechos humanos en Colombia.