Secretos de fallo clave en caso del Palacio de Justicia

Al contrario de lo que podría pensarse, el fallo que absolvió al general Iván Ramírez y a otros dos militares por el caso de los desaparecidos del Palacio de Justicia contiene durísimos cuestionamientos a la actuación del estamento castrense y del gobierno de Belisario Betancur durante los hechos de noviembre de 1985.

La jueza María C. Trejos consideró que había «duda razonable» sobre la responsabilidad de Ramírez, que entonces era coronel, y sus subalternos en la desaparición de 11 sobrevivientes, entre ellos la guerrillera Irma Franco. Pero en la sentencia, de 449 páginas, considera probado que los altos mandos militares de la época tenían un «interés intrínseco en el desmantelamiento de los acuerdos de paz» suscritos por el gobierno de Belisario Betancur y el M- 19, que asaltó el Palacio.

«El Ejército Nacional, encabezado por el ministro de Defensa, general Miguel Vega Uribe, perpetró un golpe de Estado temporal al imponerse sobre el poder político e impedir que el Presidente accediera a las demandas de los actores ilegales, evidenciando además que el control supuestamente ejercido por el entonces Jefe de Estado no fue más que una falacia», dice el fallo. La jueza sostiene que Betancur se contradijo en las versiones que ha entregado sobre lo que pasó el 6 y el 7 de noviembre de 1985. Incluso, las cataloga como «contrarias a la realidad». En su alocución al país, el ex mandatario asumió la responsabilidad de todas las decisiones, pero ante la fiscal cuarta, 20 años después -dice la Juez-, «se retractó de esas aserciones (…) evadiendo así cualquier intervención directa en las operaciones». Trejos considera probado el asesinato de guerrilleros fuera de combate.

La sentencia, además, revela que dos de los testigos más cuestionados por la defensa de los militares, Ricardo Gámez y Bernardo Garzón (antiguos miembros de la Fuerza Pública), dieron datos claves sobre torturas y posibles asesinatos en instalaciones militares. En las coordenadas que Gámez dio sobre el supuesto sitio donde habrían enterrado a los desaparecidos en la Escuela de Caballería no había cadáveres.

Pero en una excavación en el 2007 se halló, según un reporte del CTI, «un zapato rojo, tacón al parecer del mismo zapato, medias veladas incompletas, un cable verde amarrado en las puntas y varias bolsas plásticas». La jueza los consideró «serios indicios de que en dichos predios se ejecutaron acciones irregulares».

Garzón, otro ex miembro de inteligencia, dijo que a Irma Franco la torturaron y asesinaron en el Batallón Charry Solano (comandado por el general Ramírez) y después se retractó. Pero un ex jefe del CTI dijo en el proceso que, si no hubiera sido por sus datos, nunca se habría encontrado el cadáver de otra guerrillera del M-19 desaparecida dos años después (en 1987): Nydia Érika Bautista. (El resaltado es nuestro, nota de la redacción).

Publicación eltiempo.com

Sección Bogotá
Fecha de publicación 19 de diciembre de 2011

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