«Un ministerio para víctimas»
Esta es la propuesta de Yanette Bautista, defensora de los derechos humanos
Por: Santiago Martínez Hernández
La semana pasada, la Fundación Nydia Érika Bautista recibió el premio Franco-Alemán por los Derechos Humanos Antonio Nariño. Un reconocimiento a 25 años de lucha contra la desaparición forzada en Colombia.
¿Cómo recibe el premio, justamente cuando se cumplen 25 años de la desaparición de su hermana Nydia Érika Bautista y Cristóbal Triana?
Es un aniversario para celebrar, porque finalmente se ha reconocido la larga lucha por los desaparecidos y las consecuencias de ser exiliados. Es una herramienta para luchar por los 18 mil desaparecidos y para que el Estado asuma su responsabilidad. Esperamos que se impulsen políticas públicas como la que proponemos sobre un sistema de búsqueda de desaparecidos que se basa en tres componentes: programa nacional de identificación de NN, crear la policía judicial para los desaparecidos y una comisión de esclarecimiento.
De los procesos centroamericanos, ¿qué situaciones no se deberían presentar en un proceso de paz en Colombia?
Como en El Salvador, que se negoció por fuera y por arriba. Es decir, por fuera del país y entre las cúpulas, sin haber involucrado directamente a las víctimas. Nosotros deberíamos ser voceros en la mesa de diálogos, porque hemos sido víctimas de todos los actores del conflicto.
¿Están los victimarios, pero no las víctimas?
Exactamente. Por ética debería considerarse una proporcionalidad de representación, porque nuestros derechos van a ser afectados. Si hay una amnistía para los militares, van a resultar perdonados por delitos de lesa humanidad. El buen mensaje es juzgarlos con penas proporcionales a la gravedad de los delitos, llevarlos a juicio como se está haciendo en Argentina. Si no, vamos a ser una sociedad enferma.
¿Siente que el fuero militar puede derivar en mas impunidad en los casos de desaparición forzada?
Para nosotros, la aprobación del fuero militar es un retroceso y lo más nefasto que le puede pasar a los derechos humanos. Fácilmente las FF.MM. pueden tipificar una desaparición forzada como una toma de rehenes, un secuestro o muerte en combate. Al final se van a colar muchas desapariciones y no es bueno para la democracia el poder que tendrán los militares.
¿Cómo vería Nydia Érika el presente?
Ella lo viviría con esperanza, porque todos queremos la paz y que se termine la violencia. Pero también con preocupación, justamente por el marco de impunidad que se está impulsando y porque los negociadores son personas con armas y poder.
¿Cómo ve la labor que realizan las personas que luchan por la paz sin armas?
Colombia es un país de luchadores. La guerra ha sido tan perversa que también ha sacado lo mejor de nosotros mismos. Las nuevas generaciones piden justicia, a lo mejor sin pasar por los juzgados, donde la sanción social es más dura que la de una cárcel.
¿Cuál cree que ha sido el mayor reconocimiento después de 13 años como luchadores por los derechos humanos?
El mayor reconocimiento es ver a mi familia y la fundación, luchando sin descanso por encontrar a las personas. O cuando una madre me abraza y me dice gracias por haber encontrado a su hijo.
¿Cómo recuerda a Nydia Érika?
Ella era alegre, intelectual, juiciosa y soñadora. En todas las fiestas hablaba de política. Ella era militante del M-19 y yo sé que nunca cogió un arma, porque al mandarla al monte ella sufrió muchísimo. Lo que le gustaba era estar con las comunidades y este primer reconocimiento en Colombia es una retribución a los años de lucha.
¿Cómo recuperar la esperanza en un país como el nuestro?
Colombia está anestesiada, no tiene memoria. Esto combinado con la indolencia no deja fortalecer el trabajo con los derechos humanos. Pero yo creo que asociaciones como la nuestra son una luz de esperanza y eso es lo que la gente busca.
¿Se sienten solos y abandonados los familiares de las víctimas de la desaparición forzada?
Hay mucha estigmatización. A los familiares de los desaparecidos no nos tratan igual que a los familiares de los secuestrados. Siempre estamos muy solos en las marchas y las madres se preguntan por qué tanto dolor con los secuestrados, y los desaparecidos solamente le duelen a la familia y a nadie más. Se ha llegado a llamarnos guerrilleros, simpatizantes de la subversión, y nosotros lo único que hacemos es luchar por la democracia y los derechos.
¿Qué piensa de las iniciativas institucionales que se han adelantado?
Yo creo que la memoria es el camino del futuro, y en la medida en que exista respaldado institucional, es importante. Las políticas públicas permiten que todos los sectores sociales se involucren al conocer la historia de desaparecidos, porque no se puede engañar ni enseñar mentiras.
Si le pudiera cambiar algo al panorama actual de las víctimas de desaparición forzada en Colombia, ¿que sería?
Yo crearía un ministerio para las víctimas, dirigido por las víctimas y donde las políticas públicas se definan por las víctimas, y que en su mayoría fuera constituido por mujeres.